miércoles, 18 de marzo de 2015

Conversaciones con Margot honecker "La otra Alemania"


Margot Honecker, viuda del desaparecido líder de la ex República Democrática Alemana (RDA), Erick Honecker, defendió la vigencia del socialismo y lo logrado por su país en cuanto, “a la paz, el antifascismo y seguridad social para sus ciudadanos”.
Así lo dejó establecido en el libro “La otra Alemania: Conversaciones con Margot Honcecker”, escrito con formato de entrevista por el ex secretario general del Partido Comunista chileno, Luis Corvalán, quien vivió parte de su exilio en la Alemania Oriental.
Margot Honecker, quien vive exiliada en Chile desde la desaparición de la Unión Soviética en 1992 junto a su hija Sonja, casada con un chileno, rompió el silencio que había mantenido hasta ahora para contar lo que denominó la “verdad histórica”.
“Desde que los países socialistas de Europa fueron catapultados de vuelta al capitalismo se lleva a cabo en el mundo, sin trabas, un proceso que conduce a cada vez mayores cargas para los desposeídos”, sostiene.
Honecker agrega que ese proceso también conduce “a la abierta intervención de los países poderosos en los asuntos internos de los países más débiles y esto nuevamente con violencia y guerra”, dijo en un discurso leído en alemán.
La ex ministra de Educación de la ex RDA sostuvo que “no se puede desconocer que el peligro neofascista se extiende”.
Margot Honecker califica la desaparición del Muro de Berlín como "un suceso" que fue alentado por agentes de Occidente apoyados por "traidores". Para ella, la histórica reunificación sigue siendo un "terrible error". E, incluso, las víctimas que perdieron la vida al intentar huir de la ex RDA tampoco reciben buenos calificativos por parte de ella. "No necesitaban saltar el Muro y pagar con sus vidas por hacer esa tontería", dice la viuda de Honecker.
"La RDA tenía enemigos, por eso existía la Stasi", señala ella ante las cámaras de la ARD, calificando a las personas que sufrieron la represión como "gente que se disfrazó como víctimas políticas".
"Es una tragedia que mi país haya dejado de existir", dice la viuda. "Aunque vivo en Chile, mi corazón sigue estando en Alemania", refiriéndose a la desaparecida RDA.

miércoles, 11 de marzo de 2015

EL CEMENTO de Fyodor Gladkov

Proximamente: El Cemento de Fyodor Gladkov.
Cuando Gladkov cumplió diez años construyeron una escuela en su aldea. La maestra, una muchacha instruida, supo descubrir ante el niño inteligente la belleza del idioma de Pushkin, Lermonto y Tolstoi. Le enseño a pensar, desarrolló en él, el ansía de saber y el niño comenzó a sentir deseos de conocer más, de recibir instrucción. Pero la suerte cruel de los pobres le hace ir a servir a una casa donde recibe innumerables palizas, hambre y noches sin dormir..
Después de muchos trabajos, consigue ingresar en una escuela urbana de Ekaterinodar. Y allí mismo, en el periódico local, el joven Gladkov de 17 años publica su primer relato "Ansias de saber".
Lo romántico de la lucha, la protesta contra el régimen social, contra los engreídos burgueses, aproximan los relatos de Gladkov con las obras del Gorki joven. "ni un solo escritor, comenzando por Pushkin -escribía posteriormente Gladkov-, no se familiarizó tanto con mi alma como Gorki. Quizás no sea precisa la palabra "familiarizarse". Todo mi desarrollo espiritual, toda mi vida consciente floreció bajo la influencia del encanto de Gorki".
Desde joven Gladkov unió su suerte, inseparablemente y para siempre, con el movimiento revolucionario y luego con el Partido Bolchevique. En 1905 se fue a Georgia, a Tiflis, e ingresa en el instituto pedagógico, pero al cabo de un año le detuvieron y le deportaron a Siberia. En el destierro Gladkov escribió la novela "Destierro" dedicada a la vida de los exiliados políticos en la lejana provincia de Siberia.
Cumplido el plazo del exilio, Gladkov se asienta en Novorossia y trabaja de Maestro en un gimnasio. Cuando comenzó la revolución de Octubre se fue voluntariamente al Ejercito Rojo para luchar por la nueva vida.
Al terminar la guerra, Gladkov viene a Moscú y se entrega de lleno a su labor preferida, la literatura. Siguiendo los acontecimientos recientes de la guerra civil escribe el relato "Zelenia" y la novela "El Caballo ardiente" donde expresó sus frescas impresiones del frente. Luego inició la conocida novela "El Cemento" que tanta fama le dió. Era la primera novela de la literatura soviética dedicada a la clase obrera, a su lucha contra la ruina, al nacimiento de nuevas relaciones entre los hombres.
En la vida de la joven sociedad era una época de grandes transformaciones. Comenzó la batalla heroica en el frente pacifico. Y "Cemento" refleja esta gran época de la vida popular y obrera.
Empieza la novela con un cuadro amplio, lírico-épico, el regreso del combatiente-obrero, ajustador Gleb Chumalov, a su patria chica, a la fabrica donde no estuvo tres años. Un cuadro de ruina, silencio y abandono. Está destruida no solo la fabrica sino el hogar de Gleb. Su mujer le recibe fríamente. Se necesita tener un corazón grande y generoso, una voluntad firme y una cabeza caliente e ingeniosa que ve las amplias perspectivas del futuro para no atemorizarse ni reconocerse vencido.
El propio Gladkov, al recordar cómo escribía "Cemento", decía que en el proceso de su trabajo, en su imaginación vivía real y claramente como Gleb como "un típico proletario activista de filas, fogoso organizador y combatiente del Ejercito Rojo, miembro de una organización clandestina, bolchevique abnegado, alegre, jovial y severo".
La novela fue un verdadero fenomeno editorial de masas y fueron vendidas cientos de miles de copias, millones, iniciando lo que sería la literatura de las grandes construcciones obreras como la posterior "Energia" del mismo autor.